Lo que no tumba a Rajoy, ¿le hace más fuerte?

Pablo Iglesias quiere convertirse en el centro de la vida política y parlamentaria

Ernesto Ekaizer
3 min
El president espanyol, Mariano Rajoy, i el líder de Podem, Pablo Iglesias / EFE

MadridEn 'Ecce homo' (1888) Nietzsche, como un año antes en el aforismo número ocho de 'El ocaso de los ídolos' (1887), expone la misma idea: que el hombre saludable "saca ventaja de sus contrariedades; lo que no le mata, le hace más fuerte". Al sobrevivir una moción de censura condenada de antemano a no matarle políticamente, ¿ha salido Rajoy más fuerte?

La respuesta es no. Rajoy entró al Congreso desgastado y abandonó la sesión de ducha escocesa todavía algo más consumido. Porque tanto su retador, como aquellos que le ungieron en octubre pasado, han coincidido, desde puntos diametralmente opuestos, en una conducta: leña al mono hasta que hable inglés.

Los que aguantan a Rajoy y a su gobierno lo hacen de una manera vergonzante. Y eso tiene que ver con lo que ha sido el centro del debate: la corrupción. En esta moción si hay alguna conclusión es que todos entraron sin creer en la censura, pero, como las meigas, haberla hayla. Y mucha.

El Congreso de los Diputados ha vivido una sesión de debate de estado de la nación y de investidura al unísono bajo el disfraz de la moción de censura de Podemos. Esta moción tenía nombre y apellido. Pablo Iglesias ve cómo la candidatura de Pedro Sánchez va a triunfar en las primarias del PSOE y advierte que simpatizantes de su partido siguen la campaña con entusiasmo. Y compitiendo con Sánchez y la efervescencia de las primarias, lanza la moción. Quiere convertirse en el centro de la vida política y parlamentaria.

Y ha conseguido su objetivo, otra cosa es cómo puede capitalizarlo. Pero es probable, solo probable, que cuando más adelante se eche la vista al retrovisor, esta moción puede ser vista como el caldo de cultivo del embrión de una alternativa a tener en cuenta en otro cuadro de relaciones políticas.

En el debate se ha estrenado José Luis Ábalos como portavoz interino del PSOE, y quizá, nunca se sabe, su estilo de exposición lleve a Pedro Sánchez a consagrarle como el portavoz definitivo. Ábalos, sin dejar de describir el lado oscuro de Pablo Iglesias –el objetivo de usar la moción contra el PSOE y contra Pedro Sánchez según consta en un documento interno de Unidos Podemos atribuido a un asesor de Iglesias adscrito a Izquierda Unida- ha recogido el guante para construir una alternativa que le ha lanzado el líder de Podemos.

Aunque Iglesias reconoce que ha cometido errores nunca ha dicho lo que es evidente: que cometió un error estratégico monumental al evitar la caída de Rajoy y el pase del PP a la oposición al negarse a facilitar mediante la abstención la investidura de Pedro Sánchez.

Para ello era necesario meter una cuña en la derecha. Y eso pretendía el pacto Sánchez-Rivera. Y no es fácil que se reedite, aunque todo dependerá de la profundidad y amplitud con que sigan horadando las carcomas de la corrupción la estructura del PP.

Ahora, el debate ha desvelado una vez más una desconexión entre el Congreso y la realidad política inmediata, más allá del duelo a cuenta de Cataluña entre Rajoy e Iglesias. Y esa realidad pasa por el referéndum.

¿Qué hace el gobierno de Rajoy en términos jurídicos y políticos ante el referéndum del 1 de octubre?

En materia jurídica sigue sin tomarse en serio –como ocurrió con el 9-N de 2014- que existe voluntad de celebrarlo. ¿Quién es el jefe o la jefa del gabinete de crisis? No hay ni gabinete ni jefe ni jefa. ¿Y cuál es la propuesta política? ¿Hay algún comité estudiando qué referéndum pactado alternativo se podría sugerir? No. Nada. Se puede decir, parafraseando la canción de Edith Piaf: 'Rien de rien, il ne se passe jamais rien pour moi' [Cataluña].

Ábalos reflejó ayer al reivindicar la reforma federal de la Constitución la presión que trata de esquivar Sánchez ante el Congreso del PSOE y también ante el gobierno de Rajoy. "No es el Gobierno el responsable del mayor ataque a la soberanía nacional. El PSOE está comprometido con las medidas que se adopten para hacer respetar la ley", dijo el portavoz.

Y, en este contexto, en medio de la tormenta que se avecina, hay quien, empero, piensa en el post 1 de octubre. Es el caso de Xavier Domènech, quien, mirando a un Joan Tardà expectante, los ojos bien abiertos, tuvo la osadía de decir: pactemos desde ya mismo una nueva mayoría entre En Comú Podem y Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) para el día después.

stats