Ernesto Ekaizer

El péndulo de Rajoy

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Rajoy i Rivera aquest dimecres al Congrés

Mariano Rajoy ha pinchado el globo de las condiciones "innegociables" de Albert Rivera y ha anunciado que desea hablar con Pedro Sánchez sobre la fecha de un eventual debate de investidura. El péndulo de Rajoy, pues, oscila libremente, entre ambos planos y durante el tiempo que sea necesario.

La pregunta es: ¿por qué ninguneó a Rivera? Según ha explicado, “nadie ha dicho ni una palabra sobre las condiciones", y negó que la reunión de la ejecutiva hubiera sido convocada para ello, cuando el 10 de agosto declaró que, precisamente, este órgano debía tomar la decisión, y escribió en un tuit lo siguiente: “Una vez conocidas las condiciones de C’s para negociar, las someteré a debate y aprobación por el Comité Ejecutivo Nacional del @PPopular". Donde dije digo, pues, digo Diego. Quiere bajarle los humos a Rivera e ir a una negociación muy lenta. Como dicen en Italia, Chi va piano, va sano e va lontano.

¿Qué le pasa a Rajoy? Pues que cabalga a horcajadas de una crisis política descomunal. Y que ya no puede disimular: ignora cómo salir de ella. A sus conmilitones les explicó que la legislatura será muy difícil, aún si se consigue formar gobierno. La crisis de su investidura es la epidermis de la crisis política, económica y social. Rajoy ya sabe que, incluso si consiguiese salir investido, no habrá pacto de gobierno. Por tanto, que se ha abierto una etapa de inestabilidad crónica a la italiana.

Rajoy también ha ninguneado a Rivera en el asunto de la “fecha y hora” de la investidura, Rivera dixit. La presidenta del Congreso, Ana Pastor, estaba en la reunión de la calle Génova, el edificio que, por cierto, ha sido rehabilitado con pagos en negro por valor de 1,5 millones de euros. Pero nadie oyó que le dijera a su íntimo amigo “Y de lo mío qué, Mariano”, es decir, de fijar fecha para el debate de investidura.

Cuando Rajoy habló de su necesidad de consultar con Sánchez, dijo esto: “Lo que procede ahora es que yo pueda tener una conversación con el señor Sánchez para ver si realmente quiere repetir las elecciones y cuál es su criterio sobre la fecha en que debe celebrarse el debate de investidura porque es muy importante para fijar ese debate contar con la opinión del señor Sánchez". ¿Por qué sospecha que Sánchez puede querer “repetir elecciones”? Porque tiene información de lo que se cocina. Ayer en la reunión de la comisión permanente y la dirección del grupo parlamentario, Sánchez dijo que lo peor para el PSOE había pasado. Y que si hay que ir a nuevas elecciones, no sería ningún drama.

En otros términos: Sánchez no se desplaza desde el no a la abstención frente a Rajoy y el PP, sino del no al sí a terceras elecciones. El líder socialista cuenta con el desgaste de Rajoy, los nuevos escándalos del PP, en curso y por llegar en septiembre, la crisis de Podemos con algunas de sus confluencias y el maltrato del PP a Ciudadanos.

Rajoy contaba hasta ahora con una hipótesis: que si se sometía a una investidura bluf, fallida, podría intentarlo otra vez y conseguir en un segundo intento aquello que Sánchez le habría negado en el primero. Es decir, después de empatar con Sánchez en el fracaso de una investidura cada uno, el líder socialista cambiaría de posición a cambio de ciertas condiciones. Pero ahora teme que Sánchez quiera ir a elecciones o no le importe ya si finalmente hay que celebrarlas.

El péndulo Rajoy seguirá oscilando durante cierto tiempo. De momento sigue siendo precandidato, ya que no quiere fijar fecha de investidura, el momento en que se convertirá en candidato.

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