EL APUNTE

Desaparezcan, ¡ar!

Esther Vera
1 min

El vocabulario político está intoxicándose de términos más propios de la lucha contra el crimen y el terrorismo que de palabras útiles para rebajar la tensión de la crisis de estado que vive España. Cuando el ministro del Interior llama a los soberanistas a "deponer su actitud" y Mariano Rajoy promete "no renunciar a ningún instrumento", cuando los diputados del Congreso invitan a los parlamentarios que abandonan el hemiciclo a no volver nunca más, van ampliando el número de catalanes determinados a marcharse. Cuando De Guindos dice al Financial Times que ahora se puede hablar de financiación autonómica mientras se intervienen las cuentas de la Generalitat, es decir, el gasto corriente de los institutos o las tarjetas para pagar peajes de las ambulancias, sólo puede aumentar la indignación. La estrategia del Estado es deconstruir el autogobierno sin aplicar el artículo 155 y utilizar la puerta trasera para evitar la mala imagen internacional. La autonomía financiera se ha perdido retorciendo la ley de estabilidad y ahora se prepara el ambiente para justificar el control de los Mossos. Algunos diarios van sembrando dudas sobre la actuación de la policía catalana, que consideran poco contundente, y se estudian interpretaciones de la ley que justifiquen utilizar los uniformes de los Mossos para actuar a la manera de la Guardia Civil. La operación Anubis no ha terminado y nadie podrá sorprenderse de lo que pase. El gobierno español ya anunció que quiere ganar 10 a 0. La coerción está en manos del Estado, pero que no olvide la fuerza de reacción que da la humillación.

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