Carlos Ruiz Zafón: "Todos llevamos el demonio dentro de nosotros"

Novelista, acaba de cerrar la tetralogía de 'El cementerio de los libros olvidados' con 'El laberinto de los espíritus'

Jordi Nopca
3 min
Presentació del nou llibre de Carlos Ruiz Zafón

Dice que dejó de sentirse sólo barcelonés cuando regresaba de Los Ángeles, hojeaba la revista Hola y no conocía ninguna de las caras que salían. Carlos Ruiz Zafón -que ha presentado el último libro de la tetralogía El cementerio de los libros olvidados- se instaló en California a los 29 años, después de una carrera de éxito como publicista. Tenía una única idea en la cabeza: ganarse la vida escribiendo.

¿Desde cuando quería ser escritor?

Desde que era muy pequeño. Pero no podía colgar un cartel en la puerta que dijera "novelista" y ganarme la vida. Fui creativo publicitario durante unos años. En la década de los 80 había mucho dinero y el trabajo me sirvió de escuela para trabajar el lenguaje y la imagen y para conocer gente muy brillante. Pero pensaba que perdía el tiempo porque no escribía.

¿Qué pasó, entonces?

Que decidí escribir una novela para jóvenes, El príncipe de la niebla, y presentarme al premio Edebé 1993. Era un desafío que me parecía práctico. Gané el premio y eso me dio la falsa seguridad de que podría vivir de ello. En Los Ángeles, mientras continuaba haciendo novelas, trabajé en algún guión, hasta que tuve éxito con La sombra del viento. Hace casi 25 años que puedo vivir de escribir.

¿Tiene la sensación de que tras el éxito internacional aquí se la ha considerado poco como autor?

Los lectores siempre me han recibido con una disposición muy generosa. Ha habido momentos en que la noción del éxito internacional ha hecho que el folclore local me considerara de otra manera. Me sabría mal si la gente de aquí que ama los libros me ignorara. Ahora bien, cuando sales a la palestra, que te critiquen forma parte del juego.

¿Cómo es su día a día en Los Ángeles?

Intento hacer una vida normal. No soy una persona de extravagancias ni cosas raras. Me dedico a escribir.

El mal -metafórico o literal- es una presencia frecuente en la tetralogía de 'El cementerio de los libros olvidados'. ¿Se lo ha encontrado alguna vez cara a cara?

Constantemente. No me he encontrado con un mal sobrenatural, porque no creo en fantasmas, demonios ni espíritus. Mi tendencia es ser muy escéptico, pero no puedo descartar que haya un mal que escapa a la razón. El mal real es trivial, no es literario. Viene de la envidia y de la codicia... Si he intentado reflexionar sobre el mal es porque lo podemos encontrar en nuestro mundo. Todos llevamos el demonio dentro de nosotros. Como criaturas racionales tenemos la capacidad de controlar cómo nos comportamos y analizar quiénes somos. El Universo es un lugar donde el propietario se ha ido. Con esto quiero decir que la naturaleza no tiene moral.

Hoy nos ha sorprendido hablando de Trump y el proceso catalán.

De entrada no me gusta hacer discursos políticos. Aquí tenemos un conflicto que debe resolverse negociando. Hay posiciones legítimas que son racionales y al mismo tiempo emocionales. Yo no puedo decir a nadie cómo debe sentirse. Respeto todas las visiones, pero en algún momento tendremos que aclararnos. Seguramente no encontraremos una solución perfecta: con todo, habrá que respetar una mayoría razonable. En cuanto a Trump, ha roto la forma en que se han hecho las cosas durante décadas y ahora mismo se encuentra en una posición que puede afectar a cómo funciona el resto del mundo. Quizás no acabará pasando nada grave, pero hay elementos para despertar inquietud y duda.

stats