Rajoy, dispuesto a ilegalizar Cataluña

Son Rajoy y su partido los artífices de la crisis institucional del Reino de España

Suso De Toro
3 min
Rajoy estreny les línies vermelles de l’‘operació diàleg’

Mariano Rajoy se ha dirigido a la opinión pública española protagonizando el momento más alto de un relato escrito y dirigido por él. Su exposición, hablando en nombre de la democracia, la convivencia y el reconocimiento de la pluralidad, es la mayor perversión posible de todo ello, pues son él y su partido los grandes responsables de que un conflicto político, creado por ellos mismos, esté en estos momentos transformado en un problema judicial, institucional y, probablemente, de orden público. Son Rajoy y su partido los artífices de la crisis institucional del Reino de España.

Fue Rajoy quien inició el proceso que llega a hoy. Rajoy, el hombre de los 4 millones de firmas y de la denuncia del Estatut ante un Tribunal Constitucional del que apartaron a un juez catalán y prorrogaron irregularmente el mandato de los magistrados. Su campaña de agitación del españolismo centralista y sus maniobras para combatir el autogobierno catalán, como antes habían hecho con los vascos, y desgastar así al gobierno de Zapatero tuvo como resultado que un Estatuto votado por el Parlamento catalán y español y refrendado en referéndum fuese manipulado y amputado de forma humillante por ese Constitucional ad hoc.

En su declaración tuvo cuidado de presentarse como dialogante y acusar a Puigdemont de negarse al diálogo. No se puede tener más cara dura. Llegó en esta ocasión a reconocer que la Constitución podía ser reformada, cuando se negó a facilitar alguna forma políticojurídica que permitiese una votación. No se puede tener más cinismo. Pero todo tiene su explicación y su origen. Sin duda todo es un conflicto de intereses entre los identificados con la corte y los identificados con Cataluña, pero el lado ideológico y personal es el triunfo del posfranquismo y la revancha de Mariano Rajoy, un político que se inició combatiendo esta Constitución y que finalmente llegó a apoderarse no solo del Gobierno y su administración sino del estado resultante, del Tribunal de Cuentas a la Justicia entera, haciendo del Tribunal Constitucional un arma sectaria.

Rajoy lo consiguió. Quien combatió la Constitución y los Estatutos de las nacionalidades expulsó a Cataluña del consenso constitucional y ahora pretende, a través de las querellas criminales de “su” fiscal general, inhabilitar o incluso encarcelar al Gobierno catalán y a la mesa del Parlament. Como esa amenaza se extiende también a los 947 alcaldes, no hay duda de que Rajoy está dispuesto a ilegalizar Cataluña si no se le rinde, cual Conde Duque de Olivares. Supongo que la Generalitat tendrá que pensar en regresar al exilio como una posibilidad.

No hay nada que no haya sido calculado en ese camino desde que en 2015 aprobó con su mayoría absoluta una reforma exprés de la ley orgánica del Tribunal Constitucional. Rajoy utiliza perversamente las leyes para acabar con la democracia, transformó un conflicto político en un pleito judicial porque sabe que la justicia y el estado son suyos.

Cuando alguien hable de golpes de estado y quiera hablar con verdad, que repase cómo el PP se ha apoderado paso a paso del estado. Y unos transigen, otros tragan y otros son cómplices. Pero no olvidemos que Rajoy es el dueño de ese relato y que existe vida fuera de él. No es casualidad que en este mismo día sepamos que de los 40.000 millones que entregó a la banca apenas recuperaremos nada. Y para esto tampoco hubo referéndum.

Por cierto, ¿qué piensa el PNV?

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