BARÇA

Valverde se aísla de la tormenta

El técnico tiene intención de cumplir su contrato y Bartomeu cierra el debate sobre su continuidad

Albert Nadal
3 min
El tècnic del Barça, Ernesto Valverde, durant un entrenament aquesta temporada.

Barcelona“Calma y reflexión”. Este es uno de los mensajes que quiso lanzar el Barça a lo largo de una jornada, la del martes, que tuvo mucho más de tormenta que de calma. En la junta que encabeza Josep Maria Bartomeu hay división en varios aspectos, uno de los cuales es el que gira en torno a la figura del entrenador. Después de un martes que se podría catalogar de locos por el ir y venir de filtraciones e informaciones, la Cadena SER avanzó que Bartomeu tiene (y tenía) decidido que Ernesto Valverde siga en el banquillo. De esta manera, el presidente azulgrana cerró una jornada que había empezado de forma tempestuosa en Barcelona.

Una tormenta de la que Valverde estaba aislado. Una vez acabada la temporada, el técnico se ha marchado unos días de vacaciones para desconectar antes de volver este fin de semana. Valverde renovó el contrato en febrero (firmó por un año más y otro de opcional) y su intención es continuar en el club, atendiendo al compromiso que firmó hace tan solo unos meses. Desde el entorno del Txingurri explican que los inputs recibidos hasta ahora por parte del club expresan confianza, de la misma manera que afirman la voluntad del técnico de continuar. “Ernesto es un profesional con experiencia en el mundo del fútbol y si firmó una renovación es porque tiene intención de cumplir con su compromiso”. Las expectativas en febrero eran muy altas, como es habitual en un club como el Barça, y el desenlace final de la temporada ha sido doloroso, sobre todo por la derrota en Anfield y también en la final de Copa, a pesar de haber ganado la Liga. “Es evidente que las derrotas hacen daño, pero no ha cambiado nada entre que renovó y ahora, más allá de que, como todos, habría querido otro final de temporada. Pero tiene ganas de revertir la situación y de preparar el año que viene”, explican desde su entorno. La voluntad del técnico de continuar es firme, y es plenamente consciente de la magnitud y de la exigencia que rodea la figura del entrenador en un club como el Barça.

Exposición a la crítica

En más de una ocasión, en rueda de prensa, el mismo Ernesto Valverde ha hablado de la “magnitud” que toma la derrota en el Barça, consciente de que la exposición a la crítica es permanente, y que puede llegar de cualquier lado. Después de los duros golpes, el técnico ha asumido públicamente su responsabilidad. De la misma forma, confía en su capacidad para superar los momentos complicados, que hace que no se plantee dimitir. A Valverde lo avalan dos Ligas ganadas con mano dura, la segunda con el Madrid diluido en la tercera posición a 19 puntos del Barça. Pero su paso por el club azulgrana lo marcan, sobre todo, “dos manchas”, como definió Leo Messi, las derrotas de la Liga de Campeones en Roma y Liverpool.

Las dos Ligas ganadas en dos años son dos de los principales puntos a favor del trabajo que el técnico ha desarrollado en dos temporadas en el Barça. En gran parte, le han valido la ratificación pública por parte de Josep Maria Bartomeu. Habría sido incoherente que el máximo mandatario azulgrana hubiera decidido cortar la cabeza del técnico en función del resultado contra el València después de certificar la confianza en el entrenador dos días antes de la final de Copa y exculparlo justo después de la derrota.

Más allá de la figura de Valverde, del debate que pueden generar algunas de sus decisiones y de si se le debe exigir más valentía en determinados aspectos, las decepciones azulgranas en la Champions de las últimas temporadas (en las que destacan Anfield, Roma y París-Turín) y la línea de juego aplicada obligan a un debate que se extienda a la globalidad del proyecto deportivo. Gestionar la inercia ganadora de Messi debería ser una fortaleza y nunca una debilidad. En este sentido, la gestión deportiva no puede limitarse exclusivamente a la figura del entrenador, que tiene una responsabilidad importante en el rumbo del equipo, pero no la única.

Después de esta temporada, la junta directiva quiere hacerse fuerte en torno a la idea de que Messi es el único intocable en un grupo de futbolistas que han ido sumando años a la vez que se les ha renovado hasta los 33-35 años a precio de oro. En este sentido, desde el club se es consciente de que hay que ir rejuveneciendo la plantilla —los fichajes de Lenglet, Arthur y De Jong van en esta línea—, a la vez que existe la necesidad de vender antes de cerrar el curso contable, a finales de junio.

El responsable de la parcela deportiva es Pep Segura, mánager deportivo, una figura que creó la junta el verano de 2017 y que algunos dedos señalan. Según informó ayer Catalunya Ràdio, la junta tiene previsto reunirse para debatir el trabajo de Segura. Una nueva carpeta que debe gestionar Bartomeu.

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