Los lectores del ARA están especialmente informados del drama de los refugiados en los campos de Grecia o de los migrantes que intentan llegar a Europa en pateras que salen desde la costa africana, porque los periodistas de esta casa han puesto mucho celo profesional desde el primer día para no reducir la noticia a un comunicado de rescatados o bajas sin contexto. Open Arms, además, nació en Badalona, y la valiente lucha de sus tripulaciones nos es especialmente familiar, también, en Catalunya. Pero que la tragedia que vivimos en el Mediterráneo sea próxima y recurrente no significa que nos hayamos acostumbrado a ella. Y menos con imágenes como las de ayer. El grito "¡He perdido a mi bebé!” de una madre pide una respuesta personal, de cada cual, y una colectiva, europea, si Europa como entidad política todavía quiere seguir teniendo su papel en el mundo.
