El análisis de Antoni Bassas: 'García-Page, Manuel Valls y las lenguas'

Lo que dice Valls es que hay lenguas malas, que son las que por razones históricas no han tenido suficiente músculo político y militar para imponerse. La víctima es culpable.

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Ayer hubo manifestación de taxistas, manifestación en la plaza de Sant Jaume –donde varias plataformas contrarias al toque de queda toparon con negacionistas del virus–, por la mañana el Cercanías en Sants sufrió las consecuencias de unas obras que no se habían acabado y los trenes estaban a reventar, justo cuando nos dicen que pongamos más distancias físicas con los otros. Los consellers del Govern de Esquerra y los de Junts per Catalunya se puntualizan entre ellos: esta mañana, el conseller Chakir el Homrani se ha liado y ha afirmado que el teletrabajo es obligatorio y que las empresas que no lo cumplan pueden ser sancionadas, y minutos más tarde el Govern ha matizado que las empresas que puedan aplicarlo estarán obligadas a promover el teletrabajo. Los juristas le dicen a Pedro Sánchez que no está claro que pueda aprobar un estado de alarma de seis meses, así, de un tirón. El paro ha subido, según los datos del EPA de esta mañana: en Catalunya estamos en el 13% y en España en el 16%. Son momentos muy delicados, y qué les voy a decir sobre cómo se han de sentir ustedes, porque al final todos estamos cansados y preocupados.

En este sentido, es una buena noticia que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, asistiera a la conferencia de presidentes de ayer, puesto que es la primera vez que la presidenta de la Comisión participa en una reunión con representantes regionales de un estado miembro de la UE para aclarar como funcionan los fondos. Ahora lo que hace falta es saber cómo se repartirá el dinero y a qué proyectos irán a parar. Y si en Catalunya hay bastantes proyectos y de suficiente calidad para captar estos fondos.

En medio de esta urgencia, ayer volvió a salir la cuestión de la lengua, porque el vicepresidente Aragonès se dirigió en inglés a Von der Leyen, para denunciar que el presidente Torra está inhabilitado y que Catalunya quiere votar su futuro en un referéndum, aparte de reclamar el 22% del total de los fondos. Desde una perspectiva española se puede discutir la oportunidad de la mención a Torra o a la autodeterminación que formuló Aragonès, pero el presidente de Castilla-La Mancha, el socialista García-Page, hizo de José Bono, atento a pescar unos cuantos votos con la red de la lengua y la bandera, e hizo esta intervención al acabar la conferencia.

El inglés es lengua de un país que se quiere ir y el castellano lo hablan “200 millones más”. A este nivel se puede hacer política, todavía.

Es obvio que más grave que esta españolada, y muy revelador, es lo que dijo la semana pasada Manuel Valls en un canal francés cuando le preguntaron si en Francia, en la escuela, también se tendría que enseñar en las lenguas propias, como por ejemplo el bretón, el euskera o el mismo catalán. Y contestó esto: “No, porque la República es la unidad, la unicidad, y es una lengua, el francés, hablado por millones de personas que ahora nos están viendo y que aprovecho para saludar. Esto no quiere decir que no haya que mantener vivas las lenguas llamadas regionales, pero sí todo lo que está ligado al separatismo y a la destrucción de la unidad republicana. En España es otra historia. Hay otro tipo de construcción nacional, pero alrededor de la lengua, especialmente alrededor del catalán y el vasco, hay una lógica sectaria, una exclusión y una expulsión que son preocupantes. De hecho, hay una fractura entre los independentistas y los no independentistas, que desgraciadamente está vinculada a la lengua. No es mi caso, porque yo hablo en catalán con mi mujer, con mi madre y con muchos amigos. Pero la lengua es un elemento de esta ruptura y es un elemento preocupante”.

La lengua acompaña la construcción de una nación, esto lo sabemos de memoria. Por eso algunos estados han atacado las lenguas dichas regionales, hasta el punto que en Francia todavía hay gente que recuerda aquello de “Sé limpio, habla en francés”, igual que aquí hay gente que recuerda el “Habla en cristiano”. Hoy el mercado, las app, los videojuegos, la música, todo nos trae hacia el inglés. Pero ya ven que la construcción de la lengua señalada, cuyo uso te puede complicar la vida o la que te hace pensar que el otro interpretará que si hablas esa lengua eres de la ceba, es una lengua conflictiva, anormal. Las normales son las de los estados. Por eso el catalán ya puede esperar sentado a la cola de la Unión Europea o de los premios Nobel. Valls lo ha dicho muy claro: hay lenguas buenas y lenguas malas, que son las que por razones históricas no han tenido suficiente músculo político y militar para imponerse. La víctima es culpable. A este nivel se puede hacer política, todavía.

Nuestro reconocimiento para los que trabajan en primera línea, un recuerdo para los que sufren, para los presos políticos, para los exiliados, y que tengamos un buen día.

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