País Vasco, hacia el derecho a decidir en paz un futuro bilateral

Ha perdido el terrorismo, ha ganado la democracia y la sociedad intuye que la paz no será mucho más que eso

Antoni Bassas
4 min

El País Vasco ha comenzado su propia transición. O su propio proceso, lo que prefieran. Los nacionalistas hablan de derecho a decidir, algún ilustre socialista habla de pasar del concierto económico al "concierto político", y a la izquierda abertzale le ha salido la dura competencia de Podemos (encuesta para las autonómicas del próximo otoño: 1º PNV, 2º Podemos, 3º EH Bildu, 4º PSE-EE, 5º PP). Y el martes el País Vasco será noticia porque saldrá de la cárcel Arnaldo Otegi, con muchas ganas de seguir haciendo política, según explica todos los que lo han podido visitar. Y hacer política, en el caso del carismático Otegi, significa liderar. El periodista Antoni Batista -un cuarto de siglo informando del País Vasco intentando evitar las propagandes- ha escrito de Otegi que es "la fuerza de la paz". Y paz es lo que tiene ahora el País Vasco. Se acabó llevar la mochila de la violencia, como decía el escritor Bernardo Atxaga.

El País Vasco respira la elegancia de San Sebastián y la pujanza del vidrio y el acero de Bilbao. El asfalto mojado de las autopistas, la niebla que inunda los valles, el verde en todas partes, el aire frío de un febrero gentil, la gente bien calzada y abrigada. Todo le da un aspecto danés, próspero, confortable.

No dependencia

"Aquí la gente vive muy bien". La frase es de Joseba Egibar, portavoz del PNV en el Parlamento de Vitoria, "y la política social la ha hecho el PNV". "Hombre, la ha hecho el concierto", provoco. "Sí, el concierto, pero un día vino la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, y exclamó: «¿Pero todo esto lo ha hecho la deresha?»" Aquí hay mucho cupaire, mucha fascinación por la CUP, pero aquí no hay lumpen. Y ahora, ¿cuál es la próxima estación del nacionalismo vasco? Egibar: "Queremos más, más, más, hasta llegar a un estatus de no dependencia y construir un país con justicia social. Una bilateralidad con España pero de verdad, sin prevalencia, porque yo también tengo una relación bilateral con mi caja de ahorros, ya me entiende. Tiene que ser una bilateralidad que nos reconozca, al País Vasco y a Cataluña, como un sujeto político".

La abogada de Arnaldo Otegi, Jone Goirizelaia, estrena una nueva expresión, que repite a menudo: sólo habrá derecho a decidir si el ejercicio del derecho arranca "de un gran acuerdo de voluntades", un acuerdo de voluntades en el que ya están la izquierda abertzale, el PNV, y se supone que Podemos. Y todo ello, según el último sondeo, podría representar el 75% del próximo Parlamento vasco. Por eso, por una ligera catalanitis (ligera, porque al fin y al cabo Cataluña sólo ha conseguido llamar la atención), los nacionalistas vascos utilizan con soltura y un poco de brillo en los ojos el nuevo lenguaje político que ha exportado Barcelona el último lustro.

Mejor más conciertos

En cambio, el expresidente de los socialistas vascos Jesús Eguiguren considera que "el derecho a decidir todavía está muy verde". A él, que le hablen de conciertos. Ahora lo tienen económico. Él lo querría político, mientras la expresión corporal le dibuja un "qué más quieres". Egibar afirma, por un lado, que "ahora el estado español puede abrir un debate en Euskadi y Cataluña", pero, por otro, dice que "Cataluña y Euskadi tienen mucho que compartir, porque tienen el mismo estado delante, con confrontación democrática".

El metro de Bilbao se desliza entre arquitecturas de cemento, mamparas de vidrio y relojes de terminal sueca. Las paradas suenan familiares: Casco Viejo, San Mamés, Deusto o Neguri, si va por el margen derecho de la ría, y Cruces, Barakaldo, Sestao, Portugalete o Santurtzi cuando se bifurca hacia la izquierda.

Al pie del nuevo campo del Athletic de Bilbao hemos quedado con Luis Rodríguez Aizpeolea, veteranísimo periodista con muchos años de trabajo en El País, autor con Jesús Eguiguren del libro ETA, las claves de la paz, confesiones del negociador, un libro del que el ex ministro español del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba dijo: "Aquí está todo".

Y es que por más que Euskadi mire hacia el futuro sin armas y sin miedo, todavía hay armas para entregar, todavía hay cerca de 400 presos y un final de ETA que no acaba de ordenarse. Aizpeolea empieza por la botella medio llena: "No hay conflicto, esto es la paz, el terrorismo ha sido vencido y ha ganado la democracia. De hecho, hay más tranquilidad y tolerancia en el debate político en Euskadi que en España y en Cataluña, ahora mismo".

El director de Berria, Martxelo Otamendi, se ciñe a los hechos: "Todo el mundo ha retirado los escoltas para protegerse de ETA, tanto aquí como en Madrid. Mientras haya presos habrá ETA, pero ha perdido la influencia que tenía".

Indignación por el caso Otegi

Aizpeolea, con todo, se sorprende con la actitud del gobierno español: "ETA quiere dejar las armas, que no son muchas, y espero que pronto haya noticias respecto a este tema, pero el gobierno español no quiere saber nada de eso. Debe de ser el único gobierno del mundo que, teniendo una banda terrorista que quiere disolverse, no actúa. Estoy profundamente indignado con el PP y la indecencia política de su ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. Y yo, que no soy nacionalista, que soy un periodista que ha trabajado la mayor de parte de su vida en un medio como El País, debo decir que me parece un escándalo total el encarcelamiento de Otegi todos estos años".

Otamendi hace una sincera introspección final: "Todos tendremos que reflexionar. Los periodistas también. Tendremos que reconocer que nos acercamos más a unas víctimas que a otras. A mí me pasó. Pero cuidado: yo lo hice mal sabiendo que estaba obrando mal. Por lo tanto, cuando ETA o los torturadores vengan a decir «Nos equivocamos», les tendremos que decir: «Sí, pero no digas que no lo sabías»".

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