¿Poca contundencia en la Constitución?

Carme Trilla
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Presidenta Fundación Habitado 3Son muchos años de creer que el mercado -con alguna ayuda- puede asegurar una vivienda digna para toda la población. Pero los dos grandes momentos inflacionarios, 1987-1992 y 1997-2007, y la gran crisis que arrastramos desde el 2008 han hecho evidente que el mercado no garantiza, ni bastante ni eficientemente, este derecho. Al contrario: la evolución del mercado libre aleja del acceso a la vivienda una parte importante de la población, que observa perpleja como los sueldos aumentan manifiestamente menos que los precios de las viviendas. Es entonces cuando afloran los movimientos reivindicativos y surge la pregunta de por qué la Constitución no estableció la vivienda como un derecho directamente exigible. Y está claro que no lo hizo porque sabía que la administración no disponía de las herramientas para cumplir: no teníamos bastante parco público, ni bastante suelo público, ni bastantes fondos públicos para cubrir las ineficiencias del mercado. Ahora ya sabemos que sin estos ingredientes no llegaremos nunca a hacer exigible este derecho, y no seremos coherentes con la voluntad implícita de los primeros legisladores.

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