Bárcenas y el PP contra Correa

El presidente del tribunal: “no estamos enjuiciando al PP”

Ernesto Ekaizer
3 min
Palau, Gürtel i Bárcenas,  sense data

Las respuestas de Francisco Correa a la fiscal Concha Sabadell, la semana pasada, marcaron la apertura del juicio: Correa Vs. Bárcenas y el Partido Popular. El final de su comparecencia, al reanudarse ayer el juicio, ha sido la otra cara de la moneda: la defensa de Bárcenas, representada por el abogado Francisco Maroto, asumió la defensa de su cliente y del PP y ha acusado a Correa de albergar animadversión contra ambos. Y, en el medio, el presidente del tribunal y ponente de la sentencia, Ángel Hurtado, ha interrumpido a Maroto con esta frase: “Aquí no se está enjuiciando al PP”.

Correa dejó claro nada más empezar la sesión que no contestaría preguntas de las acusaciones y de las defensas. La defensa de Bárcenas quiso, pues, que se registraran las preguntas que llevaban. Estos interrogantes tenían un propósito: el “asesinato del carácter”.

Es decir: desacreditar al acusado Correa, que en este juicio ha lanzado, durante el interrogatorio de la fiscal Sabadell, sus dardos contra Bárcenas por haber puesto en marcha el sistema del 2-3% de comisiones por adjudicación de obras públicas nada más llegar el PP al gobierno en 1996. La defensa citó declaraciones periodísticas de Correa desmintiendo en 2015 esto mismo que ha sostenido en el juicio oral. Maroto, a través de sus preguntas, dejó constancia de que Correa, por animadversión contra Bárcenas y el PP, se lo había “inventado todo”.

Pero la táctica del asesinato del carácter provocó la reacción de Correa. Los ataques de la defensa de Bárcenas provocaron un intercambio de señales entre Correa y su letrado, Juan Carlos Navarro, por el cual se pudo intuir que habría respuesta. Correa, pues, aprovechó las preguntas de su letrado para contestar las que había hecho en su turno el abogado de Bárcenas.

Una de ellas, precisamente, era cómo había pasado los 500 millones o 1.000 millones de pesetas que aseguraba haberle entregado Correa a Bárcenas en la sede del PP. El líder de la trama había declarado la semana pasada que le había entregado esas cantidades en la sede del PP y en su casa.

Correa aclaró: “En el PP [sede nacional del PP en la madrileña calle de Génova] yo no pasaba por el escáner, tenía una tarjeta especial y pasaba directamente al parking. Tenía una tarjeta como los miembros de la ejecutiva del partido y no pasaba por ningún escáner, y se puede comprobar con los archivos de Génova". Y añadió que a Bárcenas "le llevaba el dinero no solo a Génova sino también a su casa en Príncipe de Vergara".

El duelo Correa-Bárcenas se perfilaba como un acto principal. Pero ha ido más allá: es un duelo en el que el extesorero asume también la defensa del PP: todo lo que ha contado el líder de Gürtel sería un invento, efectos de los “vapores etílicos” y un desorden de personalidad mediante, para perjudicar a Bárcenas y al PP.

Pero en este cruce entre la defensa de Bárcenas y Correa llamó la atención una salida de tono del presidente del tribunal y ponente, Ángel Hurtado, cuando interrumpió al letrado y dijo: “Aquí no se está enjuiciando al PP”.

Hurtado redactó en su día el voto particular de cuatro magistrados que discreparon en la sala de lo Penal de la Audiencia Nacional con la separación de sus compañeros de la sección segunda, Concha Espejel y Enrique López, del tribunal de enjuiciamiento. Justificó los trabajos de López para la fundación FAES del PP y señaló que ser partícipe a título lucrativo como el PP en el caso era una condición procesal “secundaria y colateral”. A la luz de lo que ha dicho ayer Hurtado ya ni siquiera es secundaria. No existe.

El viraje de Bárcenas hacia el PP ya se produjo a primeros de septiembre pasado, cuando después de promover la denuncia contra sus ex compañeros de partido por la destrucción del disco duro de su ordenador, decidió echarse atrás para que el PP pudiera invocar la doctrina Botín y se lograse el archivo del caso ya que ni la acusación particular, el presuntamente perjudicado Bárcenas, ni la Fiscalía de Madrid acusan.

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