La Fiscalía intenta vender el "producto Enfocats" que el Supremo no le compró

Baena se inventa una reunión Trapero-Puigdemont a puerta cerrada

Ernesto Ekaizer
3 min
El tinent coronel Daniel Baena sortint de l'Audiència Nacional

MadridLa Fiscalía de la Audiencia Nacional ha apostado -tras la paliza testifical de Ferran López a Diego Pérez de los Cobos- por plantar en el juicio dos documentos que se le `olvidó´ presentar en el momento procesal oportuno. Y que, además, ya eran públicamente conocidos.

Aunque han sido rechazados por el tribunal -carecen de justificación presentarlos en pleno juicio porque no son elementos probatorios nuevos o sobrevenidos- ambos sirven a un solo objetivo: provocar confusión en el tribunal sobre la figura del mayor Josep Lluís Trapero.

Desde ayer ya sin complejos ni remilgos, el mayor Trapero es la bestia negra del teniente coronel de la Guardia Civil, Daniel Baena, testigo de cargo -junto con el coronel de la Guardia Civil Pérez de los Cobos- de la Fiscalía.

Baena, según recordó ayer el fiscal Pedro Rubira, ha sido el instructor y supervisor de los atestados de la Guardia Civil en la causa de la Audiencia Nacional desde noviembre de 2015, y más concretamente, en el procedimiento por sedición del 20 de septiembre de 2017, a cargo de la magistrada Carmen Lamela; ha instruido también los atestados para el juzgado de instrucción número 13 de Barcelona a cargo del juez Juan Antonio Ramírez Sunyer y, también, los aportados a la causa especial del Tribunal Supremo encargada al magistrado Pablo Llarena.

Es, pues, el superinstructor especializa do en lo que el mismo ha vuelto a denominar el “clima insurreccional” en Cataluña.

Baena declaró el 26 de marzo de 2019 en el juicio del procés, en el Tribunal Supremo, cómo se sintió él y su equipo tras la entrada y registro del 20 de septiembre de 2017 en el domicilio de Josep María Jové, secretario general de la vicepresidencia de la Generalitat.

“Nos quedamos ciegos de corroboración con la agenda Moleskine y después con el documento Enfocats”. Para el teniente coronel estas pruebas permitían armar el puzle de la insurrección.

La sentencia del Tribunal Supremo del 14 de octubre no cita tan siquiera una sola vez en su relato de hechos probados a Baena. Tampoco aparece a lo largo del mismo una solo referencia al documento (powerpoint) Enfocats.

El fiscal coordinador Fidel Cadena, que volvió a defender el pasado 10 de diciembre de 2019 (conferencia en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación) la calificación de rebelión -delito del que fueron absueltos los acusados- advirtió: “Falta [en la sentencia] el documento Enfocats”.

Baena, pues, colocó ayer ese powerpoint como la hoja de ruta, el smoking gun, la pistola humeante o prueba de cargo, que el Supremo no le compró.

Pero conscientes de ello, los fiscales querían más madera. Un golpe de efecto. Baena se inventó primero una reunión a puerta cerrada -frase que repitió tres veces en catalán- entre Carles Puigdemont y Trapero, para admitir después que había extraido la presunta información de un correo electrónico en catalán dirigido por el president a Trapero el 20 de octubre de 2017, y quedar en evidencia con una traducción manipulada. No hubo tal reunión fuera de las celebradas el 26 y 28 de septiembre de 2017.

El segundo documento se remonta a noviembre de 2015 cuando el fiscal Javier Zaragoza cursó una instrucción a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, incluidos los Mossos, para que investigase “actos contra la forma de Gobierno”: sedición y rebelión. Los informes, señalaba, “se remitirán con carácter de urgencia” a la Audiencia Nacional.

Trapero dictó una circular que envió a la Audiencia Nacional según la cual “cualquier informe o atestado vinculado [sedición y rebelión] deberá ser enviado, de manera preceptiva y en todos los casos a la Prefectura de Policía”.

Para Baena este tipo de actitudes llevaron al nombramiento de Trapero como mayor de los Mossos como paso previo a convertir a la policía autonómica en una “estructura de Estado al servicio de la independencia de Cataluña”. Según dijo ayer, sin le menor prueba, Trapero debía “indudablemente”, ser uno de los miembros integrantes del comité ejecutivo al que alude el documento Enfocats, comité que brilla por su ausencia en la sentencia del procés. Una de las razones de esa pertencia habría sido su nombramiento como mayor de los Mossos, aunque admitió Baena que se le designó a propuesta de Albert Batlle, el director general de la Policía que dimitiría en julio de 2017 por la deriva independentista del referéndum.

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