La 'Re-Vistilla'

El juez y los fiscales no interrogarán sobre los hechos, solo oirán los argumentos de los presos

Ernesto Ekaizer
4 min
Oriol Junqueras arriba a l'Audiència Nacional per declarar

MadridLa vistilla es el nombre que en la jerga jurídica y judicial se da al artículo 505 de la ley de Enjuiciamiento Criminal según el cual el juez de instrucción “convocará a una audiencia en la que el Ministerio Fiscal o las partes acusadoras podrán interesar que se decrete la prisión provisional del investigado o encausado o su libertad provisional con fianza”.

Esa audiencia es la que se celebró el pasado 16 de octubre cuando la magistrada de la Audiencia Nacional Carmen Lamela envió a prisión a Jordi Sánchez y Jordi Cuixart y la que tuvo lugar cuando la citada magistrada decretó prisión incondicional, el 2 de noviembre, para Oriol Junqueras y siete exconsejeros; es la audiencia que el 9 de noviembre convocó en el Tribunal Supremo el magistrado Pablo Llarena y tras la cual dictó prisión eludible con fianza para Carme Forcadell y los cuatro miembros de la Mesa del Parlament.

No existe, como tal, lo que a falta de mejor palabreja podríamos llamar una “re-vistilla”. Es decir: una audiencia exclusivamente convocada para revisar la medida cautelar, en el caso de los 10 encarcelados, de prisión incondicional.

Lo que por analogía, aunque no sea el caso concreto de que hablamos, se podría invocar, como hace la letrada Marina Roig, al ofrecer la declaración de su defendido, Jordi Cuixart, presidente de Omnium Cultural, es el artículo 505.6 de la ley de Enjuiciamiento Criminal.

Dicho artículo señala: “Cuando el detenido fuere puesto a disposición de juez distinto del juez o tribunal que conociere o hubiere de conocer de la causa, y el detenido no pudiere ser puesto a disposición de este último en el plazo de 72 horas, procederá el primero de acuerdo con lo previsto en los apartados anteriores. No obstante, una vez que el juez o tribunal de la causa reciba las diligencias, oirá al investigado o encausado, asistido de su abogado, tan pronto como le fuera posible y dictará la resolución que proceda”.

El magistrado Pablo Llarena no ha convocado para hoy, según ya avanzamos, a los diez encarcelados para una declaración en regla. No. Se trata de una comparecencia para considerar la propuesta, elevada en los escritos por sus letrados, de que se les ponga en libertad.

De ahí que se pueda hablar de una “re-vistilla”. Más exactamente: una vistilla para revisar la medida de prisión, vamos, para salir de prisión.

El magistrado Llarena y los fiscales de sala del Supremo Consuelo Madrigal y Jaime Moreno oirán a los defensores y también, si así lo solicitan, a los querellados para conocer las razones. Tendrán que ser, por tanto, concisos, y es posible que los fiscales quieran alguna precisión.

Pero no será un interrogatorio sobre los hechos de la querella interpuesta por los delitos de sedición, rebelión y malversación. Por una sencilla razón: Llarena y los fiscales están asimilando el material ya enviado por la Audiencia Nacional y estudiando todos los elementos de prueba disponibles en las diferentes actuaciones judiciales.

En otros términos, el magistrado no está todavía en condiciones de plantearse una larga y concienzuda sesión que podría extenderse durante días sobre el referéndum del 1 de octubre. El material documental es ingente. Y tiene que trabajarlo y hacer sus consultas. Puede preguntar directamente a la Guardia Civil. En eso, pues, está.

Lo más probable, según fuentes judiciales consultadas por ARA es que Llarena y los fiscales aprovechen estas semanas de diciembre para bucear al tiempo que se desarrolla la campaña electoral y se celebran el 21 de diciembre las elecciones autonómicas. Detrás de los bastidores de los actos y mítines habrá cuatro fiscales y un magistrado del Supremo empollándose la causa para empezar con diligencias concretas en el próximo mes de enero.

La “re-vistilla” de este viernes, por tanto, tiene un objetivo tan limitado como, sin duda, espectacular: obtener los motivos para revisar la medida de prisión y dejar en libertad provisional bajo fianza a los 10 encarcelados.

“El magistrado Llarena quiere cargarse de razón ante la opinión pública para dejarles en libertad, lo que supondría implícitamente un reconocimiento del pluralismo político. Siempre sobre la base de que los preceptos teóricos que fija la ley para mantenerles en prisión no se dan ahora mismo”, dijo una fuente judicial. “Pero los querellados tendrán que poner su parte en esta balanza”, añadió.

La idea de que una libertad provisional bajo fianza supondría un correctivo del Tribunal Supremo a las medidas de prisión incondicional dispuestas por la magistrada Lamela en la Audiencia Nacional no será fácil de disipar. No hace falta poseer una mente especialmente fantasiosa para ver en la salida de prisión, casi en vísperas del comienzo de la campaña electoral del 21-D, un cartel del artículo 155 de Mariano Rajoy.

Pero, además, está la respuesta preventiva que Llarena quiere dar a la otra vista – será vista de alegaciones, que no vistilla- en la cámara de primera instancia de Bruselas el próximo lunes, día 4 de diciembre, cuando empieza el tiempo de descuento para la decisión del juez instructor belga sobre la extradición de Carles Puigdemont y los cuatro exconsejeros que están resistiendo su entrega a las autoridades españolas. Esta es la oportunidad que ha cogido al vuelo Llarena al acoger para este viernes la solicitud de las defensas de los 10 encarcelados la revisión de la medida de prisión.

El pasado 9 de noviembre, estaba previsto que Forcadell ingresara en prisión. Pero no un día hasta abonar la fianza. La petición de la fiscalía era de prisión incondicional y, según han asegurado a ARA fuentes judiciales, el borrador del auto de prisión incondicional estaba redactado con anterioridad. La vistilla y la declaración de Ramona Barrufet y los reflejos de Forcadell y los demás cambiaron la situación.

El panorama en la “re-vistilla” de este viernes resulta política y jurídicamente más favorable para una salida parecida a la del 9-N. Quizá los que han hablado de la Operación 6-D,­ es decir, de libertades la semana del Día de la Constitución no se equivoquen.

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