El juez Llarena desoirá al fiscal y asumirá la causa de la Audiencia

El auto de acumulación subrayará la conexidad de los hechos cometidos por aforados y no aforados

Ernesto Ekaizer
3 min
El jutge Pablo Llarena, en una imatge d'arxiu

MadridLa magistrada Carmen Lamela ha colocado el balón en el punto de penalti. Esta es la consecuencia del informe Lamela sobre las actuaciones de la Audiencia Nacional en la causa seguida contra el ex Govern y los ex presidentes de ANC y Omnium por el delito de sedición que el magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena ha comenzado a estudiar ayer. Es él quien debe, siguiendo la metáfora futbolística, chutar el balón y hacerse con la causa que instruye Lamela.

Pero he aquí que para chutar, Llarena tendrá que quitar del balón la planta del pie que ha puesto el fiscal del Tribunal Supremo, con la propuesta, en un informe elevado ayer mismo, de que el magistrado se espere hasta después de las elecciones catalanas del 21-D porque la mayoría de los encarcelados van obtener escaño y serán aforados.

La Fiscalía cuestiona que Carmen Forcadell y los otros cuatro aforados, miembros de la Mesa del Parlament, atraigan al Supremo como un imán a los no aforados, es decir, a los miembros del Govern cesado y a “los Jordis”.

Y cita, por ejemplo, un caso reciente: el de Francesc Homs. El entonces diputado a Cortes fue juzgado en 2017 en el Supremo por desobediencia y prevaricación en la celebración del sucedáneo de referéndum del 9 de noviembre de 2014, y Artur Mas, Irene Rigau y Joana Ortega lo fueron en el Tribunal de Justicia de Cataluña.

También invoca la necesidad de evitar macrocausas, en alusión a la derogación por el gobierno del Partido Popular, en 2015 del artículo 300 de la ley de Enjuiciamiento Criminal, según el cual los delitos conexos (los que tienen analogía o relación entre sí) debían instruirse en un mismo procedimiento.

Pero fuentes judiciales señalan que Llarena no se guiará por esta recomendación de la Fiscalía. Lo relevante para él es la existencia de delitos conexos y no el aforamiento.

Y, porque estimaría, según esas fuentes, que, en respuesta al auto de admisión de la querella en el Supremo del pasado 31 de octubre, los hechos presentan “una naturaleza inescindible”, punto de vista que sostiene el informe Lamela tras instruir la causa de sedición desde el 27 de septiembre pasado.

Los próximos pasos, por tanto, ya están en marcha. El magistrado dictará en los próximos días un auto de acumulación de la causa que se instruye en la Audiencia Nacional, aunque quizá dejando fuera del nuevo perímetro la acción penal contra los Mossos d‘ Esquadra enviándola al juzgado de instrucción 13 de Barcelona. Y a continuación requerirá a la Audiencia Nacional para que le aporten las actuaciones.

En este contexto, el magistrado, o bien las defensas, pueden solicitar que presten declaración todos los querellados actualmente en prisión para reeditar un escenario similar al del 9 de noviembre, que desembocó a través de la vía Barrufet, por las afirmaciones de la secretaria cuarta de la Mesa del Parlament, Ramona Barrufet, en la prisión eludible con fianza para los cinco aforados.

Los tiempos son ajustados, pero si el auto de acumulación y el envío de la causa desde la Audiencia Nacional se hacen sin pérdida de tiempo, la puerta se entreabre para que todos los independentistas encarcelados recuperen la libertad y puedan participar en la campaña del 21-D desde la calle -cuántos días es otra cuestión. Porque en el tema procesal de fondo es más que evidente: no hay riesgo de fuga ni de reiteración delictiva.

Porque como ha escrito Llarena, en su auto del pasado 9 de noviembre, “la medida cautelar de prisión no es iniciar ejemplificativamente el cumplimiento de la pena que podrá llegar a imponerse en su día…”

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