Los cruzados cuelgan su cabeza de turco: Trapero

El mayor asiste indefenso a los ataques de las acusaciones y sus testigos

Ernesto Ekaizer
3 min
Trapero, amb López (a la seva esquerra) i Joan Carles Molinero, el dia que va declarar a l'Audiència Nacional

MadridYa se sabe: los cristianos solian, tras derrotar a los turcos en las Cruzadas, colgar la cabeza de su víctima en una lanza y la paseaban ante los combatientes para que se desfogaran. De ahí que el cabeza de turco era responsable de todos los males. Sí, incluso de aquellos de los que son otros los culpables.

El mayor Josep Lluís Trapero es nuestra cabeza de turco en este Tribunal Supremo. Si, como afirman los testigos de la Fiscalía, era evidente ya desde que el coronel Diego Perez de los Cobos fue nombrado el 21 de septiembre de 2017 coordinador de las fuerzas antireferéndum del 1 de octubre, que Trapero y los Mossos d'Esquadra no impedirian la celebración de la consulta ¿por qué no se organizó una alternativa para conseguir la frustración del 1-O?

Y si como sostiene el coronel Pérez de los Cobos supo el 28 de septiembre de 2017 que Trapero no colaboraría en la tarea de impedir el 1-O, ¿ por qué no llevó el asunto al Gobierno de Rajoy para analizar un plan B? La respuesta es: para acometer con éxito el plan se necesitaban, según admitió después el entonces secretario de Estado de Seguridad José Antonio Nieto, una cantidad de 60.000/90.000 efectivos. Pero Mariano Rajoy no quería una reedición del 9 de noviembre de 2014 para evitar el ridículo, sobre todo cuando el 1-O se presentaba, a diferencia del 9-N, como un referéndum en toda regla.

Y su equipo no sabía como evitarlo. El dispositivo rudimentario que montaron no servía de antemano por la escasa cantidad de fuerzas para bloquear los 2,3 millones de votantes potenciales, cifra que ya se habían expresado el 9-N. La masiva afluencia ya podía adivinarse en las manifestaciones de las últimas Diadas.

El dispositivo no tenía ninguna posibilidad de triunfar. ¿Y la conducta de los Mossos? No explica, como se pretende, el fracaso estrepitoso de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad el 1-O. La prueba es que mientras están haciendo vudú con Trapero en el juicio, su numero 2 de aquella pretendida rebelion, Ferrán López, fue nombrado por los mismos que criminalizan a Trapero en su lugar de numero 1 horas después de la aplicación del artículo 155.

Se trata de colgar la cabeza de turco de Trapero en una lanza o durante estos días y situarle en el banquillo de acusados...sin serlo. Y no lo es por una maniobra del instructor Pablo Llarena para quien los Mossos equivalen al ejército de Pancho Trapero Villa, pero al que rechazó incorporar a la causa que se está enjuiciando. Y mira que su actual compañera, Carmen Lamela, se lo solicitó al pasarle los trastos del caso desde la Audiencia Nacional. Pero el paladín de la rebelión, Llarena, dijo que no a Lamela y ninguneó a los fiscales que osaron pedírselo.

Y Trapero ve ahora indefenso su cabeza de turco colgada en el salón de Plenos del Supremo. Será llamado en este juicio en calidad de testigo, sí, según recordó ayer el presidente Manuel Marchena. Y acudirá por ser acusado en la Audiencia Nacional acompañado de su letrada Olga Tubau. Pero mientras ese día llega, él nada puede decir. Y su letrada tampoco puede interrogar aquí a aquellos que vapulean su cabeza de turco día sí, día no.

Los que fueron incapaces de montar una operación seria para evitar el 1-O, los que ni siquiera pudieron dar con las urnas, tienen su cabeza turco. Y los que quieren vender el escarmiento tienen al jefe de la fuerza armada de 17.000 hombres y de la rebelión imaginaria...fuera del juicio. Juegan, todo hay que decirlo, con una ventaja que socava las bases del estado de derecho.

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