Ernesto Ekaizer

Rivera y su pacto 'low cost' con Rajoy

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El president del govern espanyol en funcions, Mariano Rajoy, i el líder de Ciutadans, Albert Rivera / EFE

Mariano Rajoy recibió en la mañana de ayer, martes 9, las seis condiciones que Albert Rivera, con el respaldo de su comisión ejecutiva, plantea para dar el sí de Ciudadanos a su investidura.

Un día antes, el lunes, el presidente en funciones comió relajado en Combarro, una parroquia del municipio de Poio, provincia de Pontevedra, antes de trasladarse a Madrid para seguir en directo el espectáculo de Rivera en el Congreso. Con la primicia, el documento de las condiciones, en la mano.

Rivera, pues, ha cambiado una vez más. Primero, cuando pasó del no a la abstención en segunda votación. Lo vendió como una “abstención técnica” para desbloquear la situación. Ahora ha dado un nuevo giro: Rajoy, a falta de otro dirigente, puede convertirse en el presidente autoregenerador del Partido Popular. A tal punto que el líder de Ciudadanos propone como punto sexto, como quien no quiere la cosa, el compromiso del PP de crear una comisión de investigación del caso Bárcenas en el Congreso.

¿Para qué necesita tal compromiso si la iniciativa saldría adelante con los votos de PSOE y Podemos? No lo necesita. Pero no podía dejar de hacer alguna mención al asunto, cuenta habida de la referencia que hizo al caso de los sobresueldos y la contabilidad B del PP en los debates electorales del 20 de diciembre y del 26 de junio.

Esta sexta condición, la de investigar el caso Bárcenas, es un MacGuffin, el elemento irrelevante que usaba Alfred Hitchcock por medio del cual hacía avanzar la trama de suspense en sus películas, un recurso del que ahora Rivera se sirve para camuflar la capitulación con un pacto low cost con Rajoy.

Rivera explicó ayer que si Rajoy firma las condiciones y pone fecha y hora a la investidura “todo está abierto”, es decir, no solo Ciudadanos daría el sí a Rajoy sino, incluso, en “un futuro” (sic) dicho “acuerdo de investidura”, de corto plazo, podría extenderse con la entrada de su partido en el gobierno de Rajoy.

El líder de Ciudadanos, pues, está haciendo con la investidura de Rajoy lo que ya hizo con la de Susana Díaz primero y Cristina Cifuentes después. Ayer explicó que el programa de condiciones que le propone a Rajoy ya lo ha adoptado Cifuentes en Madrid.

Hoy Rajoy y Rivera realzarán el avance de la negociación en su segundo encuentro. Rajoy tratará ahora de estirar toda la cuerda mediática del programa que le convertirá en el autoregenerador del PP con su segunda pieza de caza en la mirilla: el PSOE.

El escenario de los 170 escaños (si a los 32 escaños de Ciudadanos se suma el de Coalición Canaria) era uno de los contemplados por Pedro Sánchez.

De concretarse, como todo apunta, ¿convocará ahora al Comité Federal del PSOE para someter a debate la investidura, como pedía de facto José Luis Rodríguez Zapatero, quien mantiene abierta su comunicación permanente con Rajoy?

¿O es que Rajoy negocia con el Partido Nacionalista Vasco? La fecha, en ese caso, nos dará una pista. Porque si Rajoy y Rivera pactan la investidura para después del 25 de septiembre, fecha de las elecciones vascas, será blanco y en botella.

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