OPINIÓN

Simulacros de censura virtual

Casado busca lanzar el lazo del estado de alarma sobre el cuello de Pedro Sánchez

Ernesto Ekaizer
4 min
Casado planta cara a Sánchez des del carrer

MadridEl líder del Partido Popular quiere convertir la cuarta prórroga del estado de alarma que propone el Gobierno en un simulacro de moción de censura virtual. Pablo Casado ve sendas amenazas del Partido Nacionalista Vasco (PNV) y de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), otrora aliados de Pedro Sánchez, y saborea un primer ensayo de moción de censura en el tortuoso y largo camino que se ha trazado para llegar a La Moncloa a horcajadas del coronavirus.

El lehendakari Iñigo Urkullu quiere convocar elecciones autonómicas en el mes de julio. En su decreto de suspensión de los comicios autonómicos del 5 de abril pasado, Urkullu no menciona como obstáculo el estado de alarma.

Todo el peso de la decisión está puesto, según el decreto de 17 de marzo de 2020, sobre el estado de emergencia sanitaria.

“La situación de emergencia sanitaria actualmente existente resulta un elemento imprevisible e inevitable que impide la celebración de las elecciones al Parlamento Vasco el día 5 de abril de 2020 por resultar materialmente imposible en estas condiciones, desde la perspectiva de salud pública, poder garantizar la participación de los ciudadanos y ciudadanas y el libre y normal ejercicio del derecho de sufragio”, señala.

No es esa la situación en Galicia. El decreto firmado por Alberto Nuñez Feijóo el 17 de marzo gira esencialmente sobre el estado de alarma. Y es taxativo.

“Una interpretación sistemática, finalista, integradora y con dimensión constitucional del marco normativo derivado de la declaración del estado de alarma impone, en aras de la efectividad del derecho de sufragio y de su ejercicio con las debidas garantías, dejar sin efecto la celebración de las elecciones convocadas por el Decreto 12/2020, de 10 de febrero, y proceder a efectuar una nueva convocatoria en el plazo más breve posible una vez levantada la declaración del estado de alarma y la situación de emergencia sanitaria”.

Está claro: mientras Urkullu ha sido muy previsor y, por tanto, no tiene impedimento en su resolución del 18 de marzo para convocar elecciones, Nuñez Feijóo se enfundó en la camisa de fuerza del estado de alarma.

En la videoconferencia de presidentes autonómicos del pasado domingo, ambos plantearon al presidente del gobierno que no es necesario prorrogar por cuarta vez esta semana el estado de alarma. Para nada se habló de elecciones. Ambos estimaron, en tono cordial, sin crispación -según dijeron fuentes presenciales a ARA- que se puede continuar la actividad aplicando la ley Orgánica de Salud Pública del 29 de abril de 1986.

Ese precepto legal –cuatro artículos– establece (artículo sgeundo) que “las autoridades sanitarias competentes podrán adoptar medidas de reconocimiento, tratamiento, hospitalización o control cuando se aprecien indicios racionales que permitan suponer la existencia de peligro para la salud de la población debido a la situación sanitaria concreta de una persona o grupo de personas o por las condiciones sanitarias en que se desarrolle una actividad”.

Y, según el artículo tercero, “con el fin de controlar las enfermedades transmisibles, la autoridad sanitaria, además de realizar las acciones preventivas generales, podrá adoptar las medidas oportunas para el control de los enfermos, de las personas que estén o hayan estado en contacto con los mismos y del medio ambiente inmediato, así como las que se consideren necesarias en caso de riesgo de carácter transmisible.”

Esta idea de Urkullu y Feijóo fue rebatida, según las fuentes que ha consultado ARA, por Guillermo Fernández Vara, presidente de Extremadura y secretario general del PSOE de esa región.

“La ley de Salud Pública permite confinar a la gente en casa por una epidemia de tuberculosis. Pero con esa ley no es posible meter un país en casa. Si no se prorroga el estado de alarma se cae la arquitectura que nos está permitiendo tomar decisiones a través de órdenes ministeriales. Con la ley de Salud Pública se necesitaría aprobar decretos que la desarrollen. Estamos metiendo a 47 millones en una norma. Eso es complicado, pero no hay otra solución", dijo.

Fernández Vara subrayó, además, el aspecto central de la acción gubernamental. “Es esta arquitectura la que contempla las medidas de protección social como los ERTES o los subsidios a los parados actualmente en aplicación”, señaló.

También el president de Cataluña, Quim Torra, solicitó, sin aspavientos con una intervención breve, la devolución de las competencias y advirtió que había escrito a Pedro Sánchez una carta el pasado miércoles, 29 de abril, sin obtener respuesta, manifestándose contrario al estado de alarma. Sánchez dijo que ya esperaba el voto contrario de su partido.

Moció de censura

El estado de alarma, pues, es la diana. Y lo es porque plantea la posibilidad de desgastar a través de una moción de censura virtual, simbólica, contra Pedro Sánchez.

En el tablero de ajedrez van alineándose las piezas de la Operación Coronavirus.

“Constituye un ejercicio antidemocrático de poder la posición encubierta y sin el control interno y europeo, de un verdadero estado de excepción en el que se restringen derechos”, escribe la exfiscal general del Estado Consuelo Madrigal, quien advierte que “al margen de cifras manipuladas, la magnitud del desastre se mide ya en términos de derrumbe social, moral y económico”.

La fiscal debería ofrecer alguna prueba -algo que es básico en su profesión- sobre la “manipulación de cifras” que denuncia -estamos hablando de muertes y contagios-, y explicar, de paso, cómo cuando paralizas la producción para salvar vidas -aquí y en los principales países del mundo- se puede al mismo tiempo evitar el “derrumbe” económico.

Sánchez llamó este lunes por teléfono a Casado para pulsar su oposición a la prórroga de la alarma. No parece que el PP vaya a votar en contra junto a Vox. Baraja más bien una abstención. Lo mismo que el PNV.

Para completar estas escenas, música del Banco de España, que vuelve a hacer vibrar sonidos de apocalipsis de la economía española en su informe de estabilidad financiera.

Y sobre todo elige un ¿oportuno? momento para enfatizar la “vulnerabilidad de las finanzas públicas españolas ante posibles perturbaciones adicionales en la actividad económica, en los costes de financiación o en el sentimiento de los inversores”.

Siguen como la ministra de Economía con el chip precoronavirus. Los caballeros y damas de negro, pues, están entre nosotros.

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