El coronavirus y el poder

Nace un macroeconomista político: José Luis Escrivá

Ernesto Ekaizer
4 min
El ministre de la Seguretat Social, José Luis Escrivá, avui a la comissió del Pacte de Toledo del Congrés.

MadridPolonio: ¿Qué está leyendo, mi señor?

Hamlet: Palabras, palabras, palabras.

Polonio: ¿Y de qué tratan?

Hamlet: De calumnias, señor…

Polonio: Aunque esto sea locura, hay método en ella…¿Quiere venir, mi señor, adónde no le de el aire?

Hamlet ¿Adónde? ¿A mi tumba?

Polonio: Es cierto que allí no da el aire… ¡Con qué agudeza responde algunas veces!...

El gobierno de Pedro Sánchez debe hacer frente a dos patógenos al mismo tiempo: el Covid-19 y el Crispavirus. El primero ataca a la población, a la vida social y a la economía; el segundo, aunque puede parecer una locura, pretende llevarse por delante al gobierno del PSOE-Unidas Podemos. Como diría Polonio en el acto segundo, escena segunda, de la obra de Shakespeare, circa 1600, “aunque esto sea una locura, hay método en ella”.

Todas las previsiones sobre la catastrófica recesión generalizada que ya ha empezado tienen un talón de Aquiles: en el horizonte no hay una vacuna para matar el virus y el confinamiento probablemente sea intermitente, con avances y retrocesos.

Ello hace que cualquier recuperación en V, es decir, una reanimación después del parón brusco, sea todavía más improbable.

La idea es que este tipo de recuperación está asociada a lo que se llama demanda acumulada o contenida -pent-up demand-, es decir a que las familias gastarán en la nueva normalidad una parte importante de lo ahorrado durante el confinamiento forzoso.

Por ello, la salida gradual no parece encajar con esa previsión.

Sin embargo, macroeconomistas como José Luis Escriva, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, apuestan por una recuperación en V. Otros, como el ex ministro de Industria, el economista Miguel Sebastián, no lo ven tan claro. “No veo una recuperación en flecha. En todo caso, sería una V bastante imperfecta”, señala a ARA.

Escrivá, que ha colaborado con la Oficina Económica del Presidente en la crisis de 2007-8, durante la gestión de David Taguas -los dos procedían del servicio de estudios del Banco de Bilbao Vizcaya Argentaria- cree, según fuentes gubernamentales y privadas consultadas, que es necesario adoptar todas las medidas posibles a través del Estado para que esa demanda acumulada y contenida salga a luz a efectos de apuntalar el consumo.

El ministro se está reuniendo estos días con ayuntamientos de comunidades autónomas donde ya funciona una renta mínima para intercambiar criterios sobre la propuesta de Ingreso Mínimo Vital (IMV) que el gobierno aprobará en la segunda quincena de mayo para 1 millón de hogares, lo que alcanzará a más de 3 millones de personas sin ingresos de ningún tipo.

“Pensábamos discutir aspectos técnicos, pero nos hemos encontrado con un ministro que presenta junto a sus conocimientos macroeconómicos un claro perfil político. Está convencido de que el IMV entre otras medidas es un recurso muy relevante para este Gobierno en este momento de crisis”, señala una fuente que participó en algunas reuniones y que prefiere mantener su nombre en reserva.

Según ha sabido ARA, Escrivá ya tiene un borrador del real-decreto que se pondrá de la mesa con todas las comunidades autónomas, empezando por aquellas que ya tienen sistemas renta mínima para efectuar una compatibilización, con es el ejemplo que se utiliza, la Renta de Garantía de Ingresos (RGI), vigente en Euskadi desde 1989. “Si acaso en aquellas comunidades donde ya funciona podrá haber una extensión a grupos muy vulnerables que no tienen ingresos”, dijo una fuente consultada.

El IMV se quedaría en torno a los 400 euros para los responsables principales de una familia -por debajo de la cantidad propuesta por el vicepresidente segundo Pablo Iglesias-, pero a esa cantidad se añadirán complementos, por resto de adultos e hijos, lo mismo que para dependientes. Ello permitiría llegar a un total de hasta 800 euros.

Escrivá, adscrito “filosóficamente” por los medios de comunicación a la política de la vicepresidenta tercera Nadia Calviño, se ha apartado de ella en el tema del INV. “En realidad, su adhesión al IMV le ha situado en un frente común con Iglesias, lo cual también ha ayudado a hacer realidad la iniciativa, dándole solvencia técnica”, señala la fuente consultada. El ministro de Inclusión, pues, se está proyectando como un potencial competidor…de Calviño.

Será difícil que el dinero llegue a los más necesitados a últimos de mayo; es más probable que cobren en junio.

El superávit de los ayuntamientos de toda España, que acumulan unos 30.000 millones de euros depositados en los bancos, es otra de las cuestiones a resolver en días.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, mantiene la regla de gasto y solicita a los corporaciones los remanentes acumulados en los últimos ocho años. El Partido Popular está respaldando la autorización a dejar gastar a los ayuntamientos para hacer frente a sus necesidades. Además Unidas Podemos baraja presentar una emnienda autorizando a las corporaciones a utilizar el superávit. El riesgo es que el gobierno, de persistir, podría perder una votación en el Congreso.

Pero aparte de la propia pandemia y las medidas para enfrentar la crisis está el crispavirus. La táctica convergente del Partido Popular y Vox consiste en criminalizar al gobierno de Pedro Sánchez por las muertes y hacer de ello una larga campaña permanente a lo largo de toda la legislatura. ¿Las empresas se unen a este carro? Aunque como las meigas, haberlas haylas, no parece que las grandes quieran una crisis gubernamental.

Por supuesto, muchos de los errores del gobierno logran mostrar que en esta “locura”, parafraseando a Polonio, “hay método”.

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