Pico de muertos y miedo al descontrol de la pandemia en Alemania

La falta de personal afecta a los hospitales y al sistema educativo

Gemma Terés
3 min
Un centre de vacunació de covid-19 a Berlín.

BerlínAlemania cerrará el 2020 con más de 30.000 muertos por coronavirus y alrededor de dos millones de infectados en un país de 83 millones. La República Federal, que hasta el año que viene gobernará la cancillera conservadora Angela Merkel, acaba con titulares que asustan y cifras que se reinterpretan. El 5 de enero habrá otra reunión entre Merkel y los presidentes de las regiones federales para revisar si hace falta o no alargar el confinamiento “duro” que vive el país desde el 16 de diciembre y que por ahora caduca el 10 de enero.

Alemania no tendrá un candidato cristianodemócrata (CDU) claro que dirija el partido y se presente a las elecciones parlamentarias del 26 de septiembre hasta medios de enero. Esto explica la actividad mediática de los conservadores. Domina el discurso del miedo y se duda que se vuelva a la normalidad a partir del 11 de enero. “Tenemos que ser sinceros y realistas”, asegura el político Armin Laschet desde la región de Renania Norte-Westfalia, donde ayer se supo que en noviembre ya circulaba la variante del virus que se ha detectado en el Reino Unido.

“Los políticos tenemos que dar ejemplo y nos tenemos que vacunar”, se afanaba en decir Friedrich Merz, el candidato más de derechas de los tres que se disputan el relevo de Merkel, en un intento de convencer al tercio de alemanes que no se quieren vacunar contra el covid-19. Desde el pasado domingo se han vacunado unas 42.000 personas, y el ministro de Sanidad, Jens Spahn (CDU), quiere que todo el mundo que quiera se haya vacunado antes del próximo verano.

Alarmante falta de personal

El confinamiento vigente ha obligado a cerrar comercios (excepto los básicos), gastronomía (los restaurantes solo sirven comida para llevar), escuelas y equipamientos culturales. Antes de que entrara en vigor a mediados de diciembre, las cifras que cada día ofrece el Instituto Robert Koch destacaban las nuevas infecciones. Ahora, medios y políticos ponen el foco tanto en la falta de personal sanitario en unidades de cuidados intensivos y residencias de mayores, como en el crecimiento exponencial del número de muertos, que hasta octubre llegaba a los 10.000 y ahora supera los 30.000. Ha habido un incremento de muertes entre personas de más de 80 años, motivo por el cual han sido de los primeros en recibir la vacuna.

Entre los primeros que se han vacunado también está el personal sanitario, de manera voluntaria. Están en primera línea de fuego y a la vez son uno de los sectores más tocados por la falta de personal que vive Alemania desde hace años. Según una de las últimas estadísticas (Statista), un 68% de las empresas y centros encuestados de este sector consideran que su existencia está en peligro si no se incrementa la plantilla. En el caso del sector que depende del trabajo temporal, un 85% prevén problemas serios a un año vista.

Una situación similar se vive en el ámbito de la enseñanza. Durante el mes de diciembre, el discurso oficial del gobierno de Merkel era que las escuelas y guarderías tenían que mantenerse abiertas. En diciembre, la gestión en los centros educativos fue muy complicada, con muchos profesores y maestros de baja y con la imposibilidad de sustituirlos por falta de candidatos. En regiones como Turingia, las residencias aceptan voluntarios porque no encuentran personal cualificado; en otras regiones cada vez más hospitales contratan a estudiantes y en las escuelas hacen la vista gorda a la hora de aceptar currículums incompletos. La presión del profesorado hizo decantar la balanza hacia el confinamiento duro, escuelas incluidas, a partir del 16 de diciembre, a pesar de la posición que la cancillería había defendido a capa y espada durante semanas.

Crece el escepticismo

El hecho de que los políticos reinterpreten, semana sí semana también, las cifras que dan las autoridades sanitarias está creando desgaste y un cierto escepticismo entre la población. Después de semanas con unos 20.000 nuevos casos diarios, esta Navidad Alemania registra unos 12.000, pero se asegura que no es relevante porque es festivo y se testea poco. Pero también ha habido largas colas para hacerse una PCR o un test rápido para poder marchar a ver familiares a la otra punta del país o coger aviones. La normativa permite reuniones de un máximo de cinco personas de dos hogares diferentes, pero los parques infantiles y espacios de fitness al aire libre están llenos, a pesar del frío. No se podrá celebrar en grupo la Nochevieja ni tirar petardos como es tradicional, pero ya hace días que en algunos barrios berlineses cada anochecer truena.

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