La serie que cuestiona el consentimiento sexual dentro (y fuera) del porno

La ficción británica 'Adult material' explora las libertades y el feminismo en el cine para adultos

Núria Juanico Llumà
3 min
Hayley Squires interpreta Jolene Dollar, una actriu porno

Barcelona¿"En algún momento os habéis sentido violadas durante el rodaje?", pregunta la productora con monotonía, acostumbrada a repetir la pregunta cada día. El no de las dos actrices porno ante la cámara –mientras aguantan los respectivos pasaportes e informes médicos– es rotundo. Jolene Dollar (Hayley Squires) ha pasado centenares a veces por la misma situación, mientras que para la Amy (Siena Kelly) es la primera vez. "Está bien, lo tienen que preguntar", le explica la actriz veterana a la debutante. Pero las dudas surgen después, y lo hacen sin que haya que pronunciarlas en voz alta mirando a cámara. ¿Seguro que la Jolene se siente cómoda mientras un hombre la penetra de espaldas y ella mentalmente repasa las tareas del hogar? ¿Seguro que el Amy decide sin ningún tipo de presión que quiere hacer una escena anal complicada el primer día de rodaje?

Las dos actrices son los grandes ejes de Adult material, una miniserie británica de cuatro episodios que se estrena este martes en Filmin. Escrita por la guionista Lucy Kirkwood, la ficción ataca las situaciones ambiguas sobre libertad individual y el consentimiento sexual en el mundo de la pornografía para hacerlas salir a la luz. Lo hace a partir de la vida de Jolene, que hace años que se dedica al cine para adultos y es madre de tres hijos. "Me sorprendió mucho comprobar que muchas mujeres trabajan en el porno por pragmatismo materno. A las mujeres de clase trabajadora les permite tener un sueldo elevado, al menos durante un tiempo, sin renunciar a una dedicación familiar plena", destaca Kirkwood.

Lejos de plasmar una imagen sórdida de la industria pornográfica, Adult material la retrata desde una óptica deliberadamente realista y con la mirada puesta en los detalles. De hecho, la estrella del porno Rebecca Moore se ha encargado de asesorar la producción con el objetivo de que se ajustara a la realidad de la industria. En el primer episodio, Jolene se graba fingiendo un orgasmo mientras le limpian el coche descapotable, y justo después compra por internet unos zapatos de más de mil euros. El dinero es un elemento recurrente a lo largo de la ficción para mostrar como, cuando hay billetes de por medio, no se puede hablar de consentimiento sexual como si fuera una cuestión de blanco o negro. ¿Es moralmente aceptable que alguien acceda a hacer una escena que no quiere hacer porque le dicen que le pagarán más?

Se puede ser actriz porno y feminista

La relación que se establece entre Jolene y Amy sirve de hilo conductor para reflejar dos visiones diferentes de la industria pornográfica. Mientras que la primera ya va de vuelta y se conoce los trucos de los directores y productores –quien tiene el poder siempre es un hombre–, la segunda quita hierro a las incomodidades de la profesión y se embarca con entusiasmo. A través de ellas, Adult material explora la idea que trabajar como actriz porno no te excluye de poder ser feminista. "En Instagram predomina la sensación de empoderamiento femenino, pero si lo piensas bien estas fotos responden a la mirada y al deseo masculino. Esto está presente en todos los ámbitos de la vida, y la cosa más importante es profundizar en los detalles", afirma la protagonista de Adult material, Hayley Squires. La actriz, que para algunas escenas necesitó más de cinco horas de caracterización, se pregunta: "¿Como feministas seremos lo bastante abiertas de mente como para aceptar que, para algunas mujeres, el trabajo sexual significa empoderamiento?"

Siena Kelly encarna una actriu debutant al món del porno

La serie también sigue a Jolene cuando no está en el trabajo y muestra así como su vida familiar podría ser la de cualquier británica de mediana edad. La protagonista se dedica a cocinar, a poner lavadoras y a pedir a sus hijos que no miren el móvil mientras cenan. Pero el vínculo que tiene con su hija adolescente, la Phoebe, pone encima la mesa cuestiones sobre la sexualidad y el consentimiento fuera del porno. En este contexto, Adult material plasma situaciones de violencia y de sumisión por parte de las chicas más jóvenes, como por ejemplo cuando el novio de Phoebe la penetra mientras duerme y ella, desconcertada, no osa decirle que pare.

Todo ello se relata desde un tono dramático contenido, si bien la ficción no rehúye el terreno de la comedia –la impotencia de un actor porno ante una actriz que idealiza justo antes de grabar, por ejemplo, es de chiste–. Ahora bien, por encima de todo, Adult material busca la proximidad con el espectador para encomendarle reflexiones sobre el abuso, el compromiso, el respeto por los otros y la sexualidad.

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