COMPAÑEROS DE VIAJE

Las palabras que hablan del silencio

Hofmannsthal tiene un gran sentido del lenguaje como depósito privilegiado de la condición humana

Rafael Argullol
2 min
Les paraules que parlen del silenci

Poeta, dramaturgo y narrador de primera categoría Hugo von Hofmannsthal escribió algunos de los mejores textos operísticos del siglo XX y contribuyó, como protagonista destacado, al éxito perdurable de las óperas de Richard Strauss: 'Elektra', 'La mujer sin sombra' o 'Ariadna en Naxos' han ejercido una permanente fascinación sobre públicos de sucesivas generaciones. No deja de ser curiosa la colaboración entre el escritor austríaco y el músico alemán porque, de hecho, divergían en casi todo, especialmente en cuestiones ideológicas y políticas pero asimismo en enfoques estéticos. Sin embargo, milagrosamente, los caminos contrapuestos convergían en un territorio de intensa y oscura belleza.

Hofmannsthal destaca en todos los ámbitos literarios, o así me lo ha parecido cada vez que he abordado alguna de sus obras. Lo define un gran equilibrio entre talento natural y aprendizaje exhaustivo. En sus escritos, sean líricos o ensayísticos o narrativos, apenas hay desequilibrios entre una cultura refinada y cosmopolita y un estilo austero, ajeno a ornamentaciones y eruditismos. Hofmannsthal, por encima de todo, tiene un gran sentido del lenguaje como depósito privilegiado de la condición humana. Paradójicamente, quizá por esta razón, su texto decisivo, 'Carta de Lord Chandos', tiene como centro el lenguaje o, más bien, los abismos del lenguaje.

Fruto de una profunda crisis creativa, 'Carta de Lord Chandos' es simultáneamente una indagación y una confesión. Chandos —alter ego de Hofmannsthal— indaga en los límites de lo que es expresable y confiesa su impotencia ante un mundo que se ha hecho demasiado complejo para ser expresado en palabras. Tal vez sea un diagnóstico cierto y la única recomendación posible sea el silencio. Hofmannsthal mismo calló durante un tiempo como poeta. No obstante, no fue una decisión definitiva. Al fin y al cabo las palabras son demasiado tentadoras como para dejar de utilizarlas, aunque sea para hablar del silencio.

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